Mi terapia anti estrés tiene cuatro patas, en mi caso ocho. Tengo dos perros maravillosos que hacen que mis malos momentos sean más llevaderos, me hacen liberar endorfinas cuando las cosas no van tan bien, porque de la buena vibra y emociones agradables y reconfortantes también se alimenta nuestro cuerpo.
Una faceta que no conocía de mi es la de escribir, en el colegio era de esas que “paría chayotes” cuando le dejaban hacer composiciones, podía estar hoooras frente al cuaderno y nomás la inspiración no venía a mí. Pero el hábito de la lectura, desarrollo esta parte que hoy me gusta tanto, ahora me gusta escribir hasta porque pasa la mosca, es por eso que decidí abrir este espacio, para compartir un poco de mi estilo de vida alcalina.
Todo lo publicado aquí lo he llevado a cabo, no compartiría o sugeriría hacer algo que no haya probado antes yo.
¡Amo ser verde y vivir en armonía con mi cuerpo!
No hay comentarios:
Deja un comentario: